sábado, 11 de septiembre de 2010

Es la costumbre de refugiarse en las palabras, porque decirlo en voz alta es chocante y además ahí no me reconozco. Costumbre también es pensarlo, siempre. Desde hace tiempo y parece eterno. Aunque no creo en la eternidad, si hay algo/alguien parecido a lo que sería eterno es él en mi vida. No me molesta, al contrario.
Sábado de verborragia, o de crisis discursiva. Es lo mismo. NO.
Tengo la necesidad de una cura de silencio. De una cura de distancia. De una cura desconectiva de todo lo que sea receptivo. Imposible.
Entonces voy a bailar mucho, a desarticularme un poco y a brindar por mi mejor amigo que cumple años.

¡A tu salud!

1 comentario:

Noesperesnada dijo...

Buena costumbre, esa de refugiarse en las palabras y la de abandonar el refugio para desarticularse un poco...