miércoles, 2 de marzo de 2011

El cuerpo pide el roce de una mano que cure heridas de palabras no dichas.
No siente el abrazo ni el calor.
Frío.
Túnel.
Un poco de tacto para calmar la áspera soledad mortificante.
Un poco de sensibilidad ante tanta indiferencia.
Alguien que espere por ella con la luz prendida.

1 comentario:

gabriel dijo...

a veces un abrazo puede ser el mejor poema que se escribe sobre la piel....saludetes