domingo, 12 de julio de 2009

Ambos están anudados a tiempos, espacios y personas diferentes.
No se ven, no se tocan, no se hablan ni se extrañan.
Pero ella hoy se levantó y encontró entre sus cosas olvidadas algo que despertó el impulso de querer abrazarlo y decirle gracias. Hoy no lo siente, pero sonrie al recordarlo.


Bienvenido al repertorio de sus recuerdos más felices y hermosos.

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